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Mis vacaciones de ciudad contaminada fueron amplias, del sedentario trabajo fueron reconfortantes, del mundo de matrimonioso fueron algo extensas.
Cuando salí de vacaciones, me dirigí con unas amigas al riquísimo norte. Y aunque les parezca raro, ese paisaje de sol implacable inspiró la escritura de este humilde post.
Has visto un bosque seco, donde las flores son amarillas y se acostarían con cual abeja haga falta por salir de ahí. Lo único que las invita a quedarse son las raíces, que prometen algo de agua y harán honor al verbo "florecer" .. hasta inventan uno "verdear".
Si algo puedo afirmar de mi corta vida de runner, es que el paisaje influye mucho en tu quehacer deportivo. No es lo mismo correr entre árboles que te roban el alma o correr entre nada que te roba hasta el sudor para alimentarse.
Algo similar será el camino al altar pues, no es lo mismo una entrada con lianas de papel higiénico, ya una de tela, que una de flores de colores. De flores de verdad. De flores que luego de la ceremonia arrancarán. De flores que marcarán el camino para no perdernos y sobretodo, para recordarnos.
El uso de las flores en la ceremonia de matrimonio implica una gran coordinación, incluso de buen gusto. En muchos casos los adornos del vestido de la novia irán acorde con las flores de la iglesia, de los pedestales, de los ramitos; y cómo olvidarnos de nuestro querido bouquet. Ah ya pues, que es esa palabrita tan mal usada y francesísima que intenta hacer alusión a un conjunto de flores que las novias llevan en la mano en señal de ... saben de qué. En Egipto, hace uuuuuuuf, llevaban ramas estas chicas para hacer zape a los malos espíritus; ya después se trajo al mundo occidental y le atribuyeron simbología barata, pero útil como la fertilidad, alegría y generosidad.
Miren, ve. Las instrucciones estrictas señalan: "La novia llevará tres ramos. El primero se usa en el momento en que la novia entra a la iglesia, el segundo se ofrecerá a la Virgen y el último será lanzado ante el grupo de solteras que desean casarse." Que mieeedo, tres ramos! Y yo que pensé que sólo se necesitaba unoooo. Habráse visto, cómo a estas alturas le digo a la mi amiga la novia que necesita tres ramos; sino le caerá la maldición de 7 días de raje.
A mon avis, fue chevere el tiempo en que la gatuna esperanzada en una vida feliz buscaba flores para su ramito. Primero porque estaba en voga el morado y yo..yo señores son fan de sus distintas versiones. "Imagino tu boda llena de morado" decía ella. Todo lo morado le hacía recordarme. Luego, porque su versatilidad buscando en internet la llevaba a situaciones graciosas. Le gusta un modelo, pero jijiji, pobre ilusa, esas flores no existen aquí, no en esta estación.
Mencionaba decenas de nombres: astromelias, crisantemos, margaritas, gladiolos .. ruda. jajajjaa
Yo no tenía idea de lo que hablaba, y ya luego me fui. Confío en que obtuvo un buen modelo, con flores acorde a su matri de día, con su vestido y seguro no moradas. Ya me imagino imaginándose al espejo y jugando con sus flores y lanzando un twitt imaginario de emoción.
Por mi parte, ya estoy emocionadísima y ansiosa de ver caminos de flores por los que, a diferencia de hace algunos meses, no correré con zapatillas reebok, sino con zapatos taco 9 e intentando no terminar con ellas en la cabeza y hasta sospecho que esas flores serán parte del recuerdo de ese día, que los hará más fuertes, como dice la canción de Lolita.
Bueno, ojalá que todo salga bien con las flores y que la salsa de calor y smog no las opaque.
Bises
P.D. Si pues, estos últimos capítulos han desplazado mi acidez un tantito y han llegado hasta conmoverme. Pero para evitar esta situación les dejo la reflexión: Si si si mucha felicidad, aunque será suficiente para no perder cuidado cuando corres al altar, incluso en un camino de flores.
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