Author: Nadia Y.
•20:37
Antes que empezara a escribir este blog que, aunque austero es divertido, dediqué parte de mi tiempo libre a armar rompecabezas ... uno de ellos es éste, bastante monocromático por cierto. Pero no es sino gracias a él que este blog tendrá un penúltimo capítulo lleno de racionalidad, análisis y algo de lágrimas.

Siendo así, esta diminuta muestra de mi gran afición a los rompecabezas, construida en 13.5 horas será el tapete de lo que pasará a continuación:

Lo más importante para una novia al casarse es el vestido, blanco él .. o ivory, o del color que quiera, pero al final de cuentas será lo más importante ... o al menos para las fotos. Pero así como es importante es difícil de encontrarlo también. Ya había contado que en este caso no fue tan difícil peeeeeeeeero ahí tenemos sesgo ya que esta y todas las novias van al cielo con sus vestidos, así sea viendo millares de páginas y blogs por internet. Créanme fue complicado para mi intentar visualizar ese vestido, elegir las piezas correctas y simular que ese sería el perfecto para ella, esos gestos, ese rostro lleno de emociones contradiciéndose, fácil de imaginar, difícil de olvidar.

Puedo distinguir a una señora, algo mayor, con pinta de "yo se qué es el matrimonio ... best wishes". La cara no es tan fácil de reconocer, pero ese vestido de señorona, que, o es la columna, o es de ella, fortaleza será .. y venia también porque hay algo que afirmar: Esa es de hecho madre de la novia o del novio. Si se fijan, al tirar los pétalos está mirando/juzgando algo, como si encontró algo que arreglar. Esa figura es espeluznantemente maternal.

Los invitados, que invirtieron algo o mucho para estar allí, que asisten sin recibir nada a cambio, o bueno sí, comida no rajable y una generosa porción del empalagoso espumante. Ese día se bañaron, orearon el traje y guardaron 30 luquitas para el taxi.

Está la amiiiiga, esa chica con el brazo en alto, que pasó desapercibida las últimas semanas previas al matrimonio, y seguro el día de la boda, pero que guarda esperanzas que la vea aunque sea arrojarle pétalos de enhorabuena o arroz de abundancia o toffees norteños rellenos de pasas. Ella está ahí, los novios no la ven, no importa, ellos lo saben.

Ven a la chica de espaldas con gran peinado alto. Esa es de hecho hermana del novio jajajaa. Huachafienta en muchos casos, con ganas de ganar algo de cámaras, así sea su improvisado vestido monocromático, que usó varias horas de mi intelecto para entenderlo.

No olvidemos las flores, un item del que hablé hace poquitín. Bastante caro para mi gusto pero infaltable en un acontecimiento de éstos. Es que son tan lindas, transmiten frescura, buen olor al devenir. Como en la foto, seguro todos las veremos borrosas, pero no importa, era un must que nuestro amigo fotógrafo utilizará para no salir tan lineales. Son fáciles de hacer ah! ellas solas y en cepia derraman dulzura.

Oh por dios!!!! Olvidaba la cara del novio. Saben que cuando armaba el rompecabezas no lo podía identificar. Era terrible. Mirando abajo, tomado de la mano. Es decir, no le importa el resto, le molestan los pétalos.. malogran el traje. Es alérgico a las rosas seguro. Solo le importa él, ella, su vida futura. Él prefiere ir con los ojos cerrados, los abiertos los tiene la novia, decidida a levantarse el vestido y saltar la valla. Él disfruta SU momento, del resto nos preocupamos después.

Luego tenemos a la jónica certeza, disfrazada de columna de iglesia, pregonera de todo el amor que esos dos se están por dar, con la venia de todos los presentes; abrazadas al dintel, son testigos del día en que llegaron estos dos intentando prometerse ante su gente y su diosito que se amarán por el resto de sus días. Ese diosito que les dio la venia para salir de ahí santificados y con ganas de conquistar el mundo a su manera. Esa certeza es muestra que no hay marcha atrás.

Para concluir, las paredes y los agujeros negros, símbolo de que nada está escrito. Oda a la antagonía de la simpleza. Lo simple no puede existir, porque al final de cuentas resulta complicadísimo descifrarlo al punto de hacer perder la paciencia, de creer que no hay final. Y mucho más ese espacio señal de vacío. Pero saben que, esta vez se puede traducir como el reto, digna motivación que ayudará a esclarecer el camino, a tener los pies fijos durante el despegue, a darse cuenta que nada es fácil, que al final de todo ... se ve bonito.

Sabias 726, las piezas

Bises

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